sábado, 30 de marzo de 2013

Estuvimos en: Iglesia del Santo Sepulcro en Torres del Río (Navarra)


Durante nuestras vacaciones de Semana Santa del 2011 visitamos la localidad de Torres del Río en Navarra, parándonos en ella a contemplar una de las joyas del románico: la iglesia del Santo Sepulcro. Se encuentra emplazada en pleno Camino de Santiago, motivo por el cual cuando la visitamos también se encontraban peregrinos admirándola.


La iglesia es de estructura octogonal, rematada por un pequeño abside y además de ser utilizada como capilla funeraria, tuvo también una función de faro-guía para orientar a los peregrinos en su camino hacia Santiago de Compostela, gracias a la luz prendida en la linterna que corona el edificio.

Su construcción se fecha a finales del siglo XII, siendo posiblemente edificada por la Orden de Caballeros del Santo Sepulcro de Jerusalén. El terreno que la circunda sirvió como cementerio de peregrinos.

Para acceder al edificio, se hace por la puerta del lado sur, cuyo tímpano nos presenta una cruz patriarcal, insignia de la Sagrada Orden Militar del Santo Sepulcro de Jerusalén.


En su interior destaca su cúpula octogonal con potentes nervios primáticos que en ella se cruzan, asemejándose a cierta influencia musulmana. Ésta se ilumina gracias a unas pequeñas ventanas de medio punto perforadas en los arranques, entre las confluencias de los nervios.


Y en el ábside, custodiando el templo, un Cristo del siglo XIII, también conocido como el Santo Cristo de los Caballeros del Sepulcro. Alrededor se contemplan varias columnas y capiteles de influencia morisca que reproducen diversos monstruos y centauros.




Sin lugar a dudas, se trata de un lugar con especial encanto que mereció la pena visitar. En lo que respecta a la población de Torres del Río no pudimos verla con más detenimiento pero resumimos a continuación su historia:

La villa de Torres del Río, llamada también Torres de Sansol, se encuentra situada a mitad de camino entre Los Arcos y Viana, al borde mismo de la antigua ruta de peregrinación a Santiago, dominando un alto junto a la colina de Sansol, en un paraje pintoresco y de hermosas vistas.


Esta localidad existía ya antes de la invasión musulmana según refieren las crónicas, siendo reconquistada tras la toma de Monjardín. Ya en poder cristiano tuvo un monasterio que en 1109 donó Jimeno Galíndez a Irache. Posteriormente, en 1492, Iranzu compra a Torres del Río y Sansol el regadío de la Monjía. En esta villa tenía pecheros don Alvar Díaz de Medrano, hijo de Juan Martínez de Medrano, a quien los compró el propio concejo, que en 1341 acabó por entregar todo el pueblo al señorío del rey, con la condición de poder disfrutar del fuero de Viguera, confirmandolo unos años después el rey don Felipe III de Navarra. Por la sentencia arbitral de Luis XI de Francia, en las disputas entre Enrique IV de Castilla y Juan II de Aragón, quedó anexionada a Castilla desde 1463 hasta 1753, al igual que Los Arcos y las villas de su partido.

Torres del Río presenta un casco urbano de trazado irregular, impuesto por las peculiaridades de su emplazamiento en las laderas de una colina. En él destaca la Plaza de los Fueros a la que llegan algunas de las más importantes calles. Domina su caserío la parroquia de San Andrés, imponente bloque de sillería que se encuentra en la parte más alta del pueblo.

No hay comentarios: