domingo, 11 de junio de 2017

Estuvimos en: Gante - Flandes


El pasado mes de Enero del 2014 realizamos un viaje a Flandes y en una de las excursiones, atraídos por la historia del emperador Carlos V, nos decidimos por visitar la afamada ciudad de Gante. La capital de la región de Flandes Oriental se haya situada en la confluencia de los ríos Escalda y Lys. Su nombre deriva de la palabra celta "Ganda", que significa "confluencia". El número de habitantes se cifra en torno a los 235.000 y es, tras el de Amberes, es el segundo puerto en importancia de Bélgica. Hermanada desde sus inicios con la otra capital flamenca, Brujas, Gante no ha sufrido el estancamiento de la primera, ya que su industria ha sabido adaptarse a los tiempos y hoy continúa siendo una de las más pujantes del país. El neerlandés es la lengua oficial.

El desarrollo de Gante se inicia en el siglo VII en torno a dos abadías: San Bavón y San Pedro. Los constantes ataques de las tribus normandas hacen que los condes de Flandes decidan la construcción de una fortaleza de piedra. Desde al año 1000 hasta alrededor de 1550, Gante fue una de las ciudades principales de Europa. Era mucho más grande que Londres y sólo la superaba París. Los 60.000 habitantes que poblaban la ciudad en el siglo XIV, defendían por todos los medios sus derechos: condes y soberanos pudieron comprobar en sus propias carnes lo difícil que resultaba suprimir los privilegios que los orgullosos y rebeldes ganteses habían adquirido en el curso de los siglos. Para la ciudad, tuvo especial importancia el auge de la industria del lino, que alcanza su punto álgido en los siglos XII y XIII.



Hasta la Guldenporenslag (la Batalla de las Espuelas de Oro) en 1302, la ciudad estaba dominada por unas cuantas familias de ricos comerciantes. El pueblo los apodaba los "leliaerts", es decir, los "lirieros" en flamenco, en alusión a la flor de lis del escudo de Francia, ya que apoyaban asiduamente la política del rey de Francia, contra la del conde de Flandes. Cuando en el siglo XIV, los artesanos y los gremios adquirieron mayor poder político, Gante obtuvo un gobierno más democrático.

Al bloquear Inglaterra la importación de las materias primas imprescindibles para la industria textil, Gante se vió obligada (1338-1345) a tomar partido por Inglaterra durante la famosa Guerra de los Cien Años. Fue Jacobo de Artevelde, un rico comerciante de paños, quien encabezó la resistencia contra el conde Luis de Nevers, vasallo del rey de Francia. En 1345 Artevelde, conocido como "el hombre prudente de Gante", fue asesinado por sus conciudadanos, al no cumplir el rey inglés las promesas hechas. Como consecuencia de ello, Gante tiene que renunciar a su pacto con Inglaterra y reconocer como soberano al rey de Francia.

En 1382 la ciudad sucumbe al poder de los Duques de Borgoña y un siglo más tarde pasa a manos de los Habsburgo.

En 1407 se convierte en la sede del Consejo de Flandes, el órgano principal del Tribunal Supremo de Justicia del Condado, que se traslada de Brujas al Castillo de los Condes.

En pleno siglo XV las revueltas contra Felipe el Bueno, duque de Borgoña, por negarse a pagar impuestos que los ciudadanos de Gante consideran injustos, les llevan a un enfrentamiento directo contra los dirigentes de la ciudad.



En Gante vio la luz el 24 de febrero de 1500, el que pasado el tiempo sería emperador Carlos V, hijo de Felipe el Hermoso y Juana de Castilla (hija de los Reyes Católicos). Incapacitada su madre, heredó de su abuelo materno Fernando el Católico, a la edad de 16 años, el trono de las casas de Austria, Aragón, Borgoña y Castilla, convirtiéndose en el soberano más poderoso de Europa.

Sin embargo, los ganteses conservaron su reputación de testarudos y obstinados e incluso de sublevaron contra su propio príncipe heredero, Carlos V. Pero esto ya fue demasiado lejos: los ganteses fueron humillados públicamente y la Campana Roeland, símbolo de la independencia gantesa, fue bajada del Campanario Municipal. La ciudad, hasta entonces tan poderosa, quedó reducida a la nada.

En 1577 los calvinistas proclaman por su cuenta y riesgo la república. Poco tiempo después son derrotados por los españoles.

A partir de entonces comenzó progresivamente el declive económico. Gante perdió su salida hacia el mar y la población disminuyó considerablemente. A partir del siglo XVIII se produjo un resurgimiento económico, tomando especial importancia la introducción del primer telar procedente de Inglaterra.

En 1816, bajo el gobierno holandés del rey Guillermo I, se fundó la Universidad, y en 1827 tiene lugar la apertura del canal de Gante-Terneuzen, teniendo salida hacia el mar del Norte y por tanto volviendo a disponer de un puerto marítimo.

A finales del siglo XIX la relevancia en el campo textil no tiene competencia. Hoy sigue siendo pujante tanto su industria algodonera, como la mecánica y la de alimentación. En relación con esto cobró auge el movimiento obrero a comienzos del siglo XX.

En 1913, la ciudad mostró su mejor cara con motivo de la Exposición Universal. La ciudad tiene que agradecer a la fortuna que ha logrado conservar hasta nuestros días una gran parte de su patrimonio histórico, dado que durante las dos guerras mundiales apenas fue bombardeada.

En nuestra visita, pudimos ver los siguientes monumentos:

Belfort (campanario).




Ofrece, desde sus 90 m. de altura, la mejor vista panorámica de la ciudad y en sus bajos se encuentra la Oficina de Turismo. El campanario se inició en los primeros años del siglo XIV, pero ha pasado por innumerables etapas constructivas hasta darse por finalizado en 1913, momento en que se colocó la aguja.



Sin duda, se trata del monumento de carácter civil más sobresaliente de Gante. El célebre carrillón está compuesto por 52 campanas. Adosado al Belfort está el edificio del Lakenhalle (antiguo mercado de telas) de estilo gótico que servía para mercado de tejidos. Se inició en 1425 con proyecto de Van Assche. Entre sus dependencias interiores, cabe destacar su sala gótica.


Sint Baafs Kathedraal (Catedral de San Bavón).



Estaba en proceso de restauración durante nuestra visita. Está considerada un máximo exponente del gótico brabanzón, y su torre alcanza los 90 m. de altura. Se levanta en el solar de una antigua capilla fechada en el siglo X que estaba consagrada a san Juan Bautista. y en la que parece ser fue bautizado Carlos V. La actual catedral se inició en el siglo XIII, si bien no fue terminada hasta cuatro siglos después.

Entramos al interior para observar sus tres naves y el vestíbulo que queda justo debajo de la torre.




La entrada lateral da paso a la capilla del Corpus en la que se pueden ver aún restos de pintura mural del siglo XVI. La vidriera de la misma capilla se debe a H. Coppjeans. El coro es de las partes más antiguas del templo habiéndose construido entre los siglos XIII y XIV. Su originalidad reside en que tiene naves laterales y capillas absidiales. En el siglo XVII se le añadió una barandilla de mármol. Alberga numerosas obras de arte. La sillería, por su parte es barroca  se debe a Reysschoot quien la ejecutara en madera de caoba de Cádiz.



El altar está enmarcado por poderosas columnas y en el centro la imagen del patrón, san Bavón, obra del XVIII ejecutada por Verbruggen. El crucifijo y los candelabros fueron regalados por Napoleón en el año 1803 durante una visita a Gante.



En el deambulatorio hay un lienzo de Rubens, es el denominado "La entrada de san Bavón en la abadía de Gante (1624)". El santo aparece haciendo entrega a los pobres y menesterosos de sus pertenencias y entrando en la abadía.

La cripta es del siglo XII y o que exhibe son los escasos restos de la antigua capilla de san Juan y frescos del siglo XV.




Destaca de manera notable el púlpito rococó (1741) que domina la nave central. El material elegido fue la mezcla de mármol blanco de Carrara combinado con roble del norte. El resultado es espectacular.

He dejado para el final la "joya artística" más importante que alberga ésta catedral: el políptico de "La adoración del Cordero Místico", espectacular pintura que es objeto de toda la atención dentro de la catedral y considerada una de las 7 Maravillas de Bélgica. Se sitúa a mano izquierda de la entrada en la capilla Villa que fue acondicionada en 1986 para que albergara definitivamente tan magna obra. Esta impresionante joya cumbre de la pintura flamenca, es obra de los hermanos Hubert y Jan Van Eyck, fechada en el año 1432.



En esos momentos poco podían los autores sospechar los incontables avatares por los que su obra iba a pasar. Ante el miedo de que los protestantes hicieran desaparecer las tablas, éstas fueron escondidas. Más tarde Napoleón se las llevó a Francia y algunas desaparecieron sin dejar rastro. Desmembrado, se inició una labor de búsqueda que no culminaría hasta el siglo XX. Repuesta la obra en su integridad, poco tiempo después un ladrón vio la solución a sus problemas robando algunas de las tablas y pidiendo un rescate por ellas. Volvió a desaparecer durante la Segunda Guerra Mundial, robado ésta vez por los nazis y guardado en unas minas de sal germanas que hallaron los Monuments Men, historiadores británicos y estadounidenses alistados en el ejército y especializados en recuperar y proteger obras de arte durante la contienda. Afortunadamente, hoy está completo y restaurado. Las tablas recrean el tema de la salvación del género humano a través del sacrificio de Cristo. En cuanto a la técnica utilizada, cabe decir que las capas de pintura están formadas por colorantes de origen mineral que se mezclan y compactan posteriormente en una sustancia única por medio de óleo secante. Las cualidades básicas de la obra de los hermanos van Eyck son la variedad, la armonía y la luminosidad de los colores, sin menoscabo de la delicadeza en el detalle nunca vista hasta ese momento.


Stadhuis (ayuntamiento).



Está considerado una de las perlas arquitectónicas del país, muestra una bellísima superposición de dos estilos, gótico y renacimiento. La fachada gótica parece haber sido labrada en la piedra (tal es la labor de tracería) albergando un gran conjunto de esculturas. La parte más actual es la que se asoma a la Botermarkt que se realizó en el siglo XVII. A destacar la torre en la esquina entre Botermarkt y Hoogpoortstraat y el balcón.


Del interior es visitable la sala del Trono, la de los Regidores, el comedor o la capilla y la Pacificatienzaal, llamada así porque en ella se firmó en 1576 la denominada Pacificación de Gante.


Muelles Graslei y Korenlei (muelles de las Hierbas y del Trigo).



Esta parte de la ciudad conforma un espectáculo de belleza increíble, visto desde el puente de san Miguel. El de Graslei está bordeado por casas gremiales entre las que mencionar la de los Barqueros Francos, en el número 14, de clara fábrica renacentista. Siguen otras casas como la de los Recaudadores de Impuestos, fechada en el siglo XVII. Pero no faltan otras incluso más antiguas como la que presenta una fachada románica del siglo XIII y que perteneció a los Recaudadores del grano. Cerca está la renacentista Tolhuis (casa de la Aduana). Hay otras muchas en su mayor parte del siglo XVI.


En la parte occidental del puerto y enfrente del Graslei en contramos el Korenlei, al que fácilmente se accede desde el puente san Miguel. Se compone de varias casas pertenecientes a diferentes períodos arquitectónicos, pero dotadas de una notable uniformidad predominando el gablete escalonado en las fachadas.

Het Gravensteen (castillo de los Condes de Flandes).





Fue construido a instancias de Felipe de Alsacia, a la sazón conde de Flandes en 1180. Construido con fines defensivos, su función militar terminó definitivamente en el siglo XIV, acogiendo más tarde telares y otros artilugios pertenecientes a la floreciente industria algodonera local. Desde las almenas la panorámica de toda la ciudad es notable. Incluye diversas salas en las que lo más reseñable son los diferentes objetos utilizados como elementos de tortura.

Y aquí terminamos nuestra visita guiada a Gante, sin lugar a dudas un bello lugar para poderlo saborear con algo más de calma.

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