viernes, 30 de septiembre de 2011

CM - El puente de Remagen - Turnos del 9 al 11


Mis 2 cañones Flak continúan a pleno rendimiento y esta vez se ceban con varios grupos de infantería aliada que se encontraban avanzando sin protección alguna por la parte este del mapa.


La bandera de la zona norte ha caído en poder de los aliados, ya que desistí de defenderla al inicio del combate dada la superioridad abrumadora de tropas rivales. En la imagen superior se observa a un grupo de lanzallamas aliado intentando destruir a alguna de mis tropas en la zona, pero mi táctica ha salido de momento bien y he salvado a todos mis hombres que esperan escondidos en otro punto para frenar el avance aliado en esa zona.


Mientras tanto, otros de mis Flak deja fuera de combate a un vehículo de exploración aliado. El rival está empezando a sufrir cuantiosas pérdidas de material por no tener un avance mínimamente ordenado y estudiado.


En la zona este del mapa, se empiezan a divisar las primeras tropas de infantería alemana que se acercan a la bandera que tengo defendida por tropas de calidad baja. Aún así, uno de mis caza-tanques que estaba escondido ha logrado emboscar a un grupo de lanzallamas aliado que andaba sin protección y han caído en la primera ráfaga de mis ametralladoras.


El mismo grupo caza-tanques, se ha desplazado corriendo al edificio de al lado y también ha destruido un jeep que se acercaba a la zona del combate circulando a una baja velocidad. De momento las cosas no pueden ir mejor y sin bajas entre mis chicos.

jueves, 29 de septiembre de 2011

CM - El puente de Remagen - Turnos del 5 al 8


El grupo de morteros ha terminado su trabajo y antes de abandonar sus posiciones por la falta de proyectiles y la amenaza de la infantería aliada que estará ya cerca, han logrado dejar fuera de combate a un vehículo blindado.


En la zona este, uno de mis Flak 88 mm. ha dejado fuera de combate a otro blindado aliado. La moral de mis muchachos va en aumento.


Otro de los Flak ha logrado también dejar en la cuneta a un vehículo Halftrack que estaba trasladando infantería aliada al sector del este.


Así están las cosas en la zona este después del turno 8. Las estrellas redondan marca el camino es están recorriendo las tropas aliadas para intentar avanzar al puente y de paso capturar la bandera que de momento se mantiene en poder de mis tropas que aún no han entrado en combate. Esperaremos que se acerquen más para ver si caen en alguna emboscada que les tengo preparadas.

miércoles, 28 de septiembre de 2011

CM - El puente de Remagen - Turnos del 1 al 4


Comienza la batalla y en el primer turno ordeno lanzar proyectiles de morteros (2 de 50 mm. y 1 de 81 mm.) para golpear la primera línea de ataque de la infantería aliada en la zona norte del mapa. Los aliados comienzan a sufrir las primeras bajas.


En la imagen superior se ve al jefe del pelotón alemán avistando el avance de las tropas aliadas en la zona norte. Mientras tanto el grueso de la infantería (imagen inferior) va retrasando sus posiciones ya que el edificio donde se encontraban al inicio de la partida es imposible de defender por el momento, dado el gran número de tropas aliadas que se acercan, entre ellas varios vehículos blindados.



Desde la colina al otro lado del río se observa con detalle los movimientos de las tropas aliadas, les queda poco para entrar en combate a los 2 cañones de 88 mm.


Comienza el turno 4 y es hora de que los cañones Flak comiencen a funcionar. Y en los primeros disparos que realizan dejan fuera de combate a un vehículo aliado que transportaba un grupo de morteros en la zona este del mapa. Ha sido una buena cacería en este turno.


Llega el final del turno 4 y en la zona norte del mapa mi grupo de morteros ya ha realizado su descarga de proyectiles como estaba previsto. Por el momento, la infantería aliada permanece retenida en los bosques y tan sólo se divisan unidades blindadas por la zona. No espero resistir por mucho más tiempo el edificio donde se sitúa la bandera y las tropas de infantería alemana ya han llegado a su nuevo destino, con el objeto de preservarlas para un hipotético ataque por la retaguardia enemiga si el plan sale bien.



martes, 27 de septiembre de 2011

CM - El puente de Remagen - Despliegue alemán


Comienzo la fase de planificación de la defensa de mis tropas. Nos enfrentaremos a unas tropas superiores en número y en calidad. Nuestro objetivo primordial es impedir que las tropas aliadas tomen el puente; para ello disponemos de tropas de baja experiencia en combate y además quedan muy dispersas unas de otras. En el dibujo de arriba están rodeadas por un círculo verde la posición de mis tropas. Las flechas naranjas marcan por dónde va a comenzar el avance de la infantería y blindados aliados.


En la parte norte del mapa, disponemos de una pequeña escuadra de infantería, junto con una ametralladora ligera, y una escuadra de morteros. El objetivo es sufrir las mínimas bajas posibles, y lograr retrasar el máximo tiempo posible el avance aliado que vendrá por las zonas de las flechas marcadas en verde. He ordenado al grupo de morteros que inicien el lanzamiento de proyectiles para intentar coger desprevenida a algunas de las tropas aliadas.


En la parte este del mapa, el objetivo es retener el máximo tiempo posible la posición que estamos defendiendo donde está situada la bandera alemana. Las flechas verdes indican por dónde es más que previsible que llegue el avance aliado. De momento ordeno a mis muchachos que escondan sus posiciones defensivas el máximo tiempo posible.


La cabecera del puente quedará protegido por un par de ametralladoras MG42 y algún grupo aislado de infantería. De momento se mantendrán escondidas sin dar ni un sólo disparo para no dar a conocer al enemigo su posición, que podrían ser presa fácil de los blindados aliados.


En la parte sur del mapa, y situadas encima de una colina, dispongo de dos piezas de artillería Flak 88 mm., que utilizaré el máximo tiempo posible que pueda, para intentar también retrasar el avance aliado.

lunes, 26 de septiembre de 2011

CM - El Puente de Remagen - Antecedentes históricos


En esta ocasión, el alto mando alemán me ha encargado la difícil misión de frenar el avance aliado hacia Berlín. Pero antes de ponerme manos a la obra, leamos alguna pincelada histórica de lo que allí ocurrió en 1.945.

Operación Lumberjack.

La Operación Lumberjack fue planificada para capturar el valle del Mosela y las ciudades de Bonn y Coblenza. Pero el objetivo final era cruzar el río Rhin. En febrero los alemanes inundaron el río Roer volando la represa Schwammanuel. El 7 de marzo de 1945 fue capturada Colonia, pero en su repliegue al cruzar el río Rhin los alemanes volaron el Puente Hohenzollern. Los estadounidenses tenían que ver la forma de cruzar el Rhin y eso era asunto de primera prioridad para continuar la ofensiva.

Los puentes sobre el Rhin fueron bombardeados por los Aliados desde el 4 de septiembre y el Puente Ludendorff fue erróneamente reportado como destruido. Fue reparado y el servicio se reanudó el 9 de noviembre de 1944, como pudo ser verificado por los vuelos de reconocimiento. En diciembre de 1944 nuevamente fue bombardeado recibiendo daños leves. También fue reparado y restablecido el servicio.

Nuevos ataques aéreos en enero y febrero de 1945 lo dañaron pero nuevamente fue reparado. En realidad más sufría la población de Ertel que el propio puente con los bombardeos que no eran nada precisos y tenían que lidiar con la artillería antiaérea. En marzo de 1945 el puente fue cubierto con planchas para protegerlo de los disparos. Como medida de precaución se prepararon cargas de demolición para destruir el puente cuando el enemigo se encontrara a 8 kilómetros de distancia.


El General Patton estaba ya pensando cómo cruzar el Rhin sin contar con puentes y su Estado Mayor trabajaba febrilmente tratando de encontrar la mejor solución. Nadie esperaba que hubiera otra alternativa que cruzar con botes, formar una cabeza de puente y construir un puente de pontones.  


Pese a que prohibiera abandonar la línea Sigfrido, como sus generales le recomendaron ante la imposibilidad de defenderla, Hitler confiaba mucho más en el Rhin como una gran trinchera difícil de pasar. Se tomaron cuidadosas medidas para que, tras la retirada de las tropas alemanas, fuesen volados todos los puentes sobre el gran río. Sin embargo, las órdenes de Hitler, excesivamente minuciosas para que pudieran cumplirse siempre en medio de confusas batallas, determinaron que un pequeño grupo de combate, mandado por el capitán Karl Timmermann, llegase al puente de Ludendorff, en Remagen, y lograse cruzarlo el 7 de marzo ante los infructuosos intentos alemanes por demolerlo.

La orden de Hitler era terminante: bajo ningún concepto las tropas alemanas podían abandonar la ribera occidental del Rhin, y menos los puentes, en especial el Ludendorff sobre el Rhin, que estaba en funcionamiento. El 7 de marzo de 1945, a las 11 h, el comandante Hans Scheller tomaba el mando de las formaciones que defendían la localidad de Remagen y el estratégico puente. La unidad de transmisiones que le acompañaba se había tenido que detener por falta de combustible y eso era un problema pues dependía de la radio para recibir los informes sobre la ubicación de las fuerzas enemigas. Sin embargo, ya el puente ferroviario había quedado asegurado por efectivos antiaéreos. En Remagen, una débil compañía de zapadores había dispuesto todo lo necesario para la voladura del puente cuando fuera necesario. Hacia el mediodía, cuando lo cruzaban soldados y vehículos alemanes, apareció de repente en la orilla occidental del Rhin una patrulla de reconocimiento estadounidense.

 
Estaba al mando de un tal teniente Karl H. Timmerman, de origen alemán. El padre de Timmerman era estadounidense y se quedó en Alemania después de la Primera Guerra Mundial, donde conoció a la que sería madre de Karl. Luego de unos años de vivir en Alemania la pareja se mudó a EEUU.

A las 15,30 de ese mismo día, Timmerman guiaba a toda velocidad la unidad de avanzada del 899 Batallón Destructor de tanques de la 9 División Blindada, hasta que divisó el puente. Tardíamente alertado el comandante Scheller, ordenó que fuese volado inmediatamente, pero falló el mecanismo de detonación. La respuesta de fuego de los carros que llegaron detrás de Timmerman impidió a los alemanes reparar el sistema detonador. Tras los carros, avanzaban numerosos infantes estadounidenses en dirección a la orilla oriental del Rhin. Era el único puente intacto para cruzar el Rhin, pues todos los demás habían sido volados a tiempo.

La batalla duró toda la noche con los alemanes tratando de volar el puente, pero al día siguiente la Compañía C logró cruzarlo. Todos los intentos alemanes fueron inútiles y al amanecer apareció un Stuka que falló en el intento de lanzar una bomba y fue derribado, siguiendo otros dos intentos similares con blancos parciales. Durante la tarde del día 8 las tropas estadounidenses cruzaron el río.


El día 9 fue enviado un avión jet Arado 234 sin mejores resultados, pese a la impresión que causó en las tropas estadounidenses que nunca había visto volar un avión sin hélices, incluso los alemanes hicieron el intento de usar una bomba voladora V-2, cuyo uso táctico estaba fuera de discusión por el deficiente y primitivo sistema de dirección de esa bomba. La artillería alemana lanzaba todo lo que tenía a mano.


El capitán Willi Bratge y su compañía fueron capturados, mientras el comandante del puesto y el jefe de la compañía de zapadores junto al comandante Scheller lograron escapar de ser capturados y pudieron comunicar que los estadounidenses estaban cruzando por el puente de Remagen. Luego de la escapatoria, ocho divisiones estadounidenses cruzaron el puente. 

Este hecho fue la causa del inmediato desmoronamiento de las defensas alemanas en el Oeste. Hitler despidió al Mariscal de Campo Gerd von Rundstedt y otros cuatro generales. El General von Bothmer, comandante de Bonn y Remagen fue sentenciado a cinco años de prisión y se suicidó, pero eso no calmó la ira de Hitler, quien ordenó que el General Rudolf Hubner instalara una corte marcial para juzgar a los culpables.

El 11 de marzo el comandante Scheller compareció ante un tribunal militar acusados de desobedecer la orden de no cruzar el río y abandonar el puente y fue condenado a muerte junto al teniente Karl Heinz Peters. El capturado, capitán Willi Bratge fue sentenciado en ausencia. Un día después fueron sentenciados los mayores Herbert Strobel comandante de puesto y August Kraft jefe de la compañía de zapadores.
El 17 de marzo el puente colapsó debido al continuo bombardeo, pero ya habían cruzado 8000 soldados estadounidenses y las fuerzas estadounidenses tenían controlado un sector de 13 Km. de río y 25 Km. tierra adentro. En los siguientes días construyeron 62 puentes y la ofensiva hacia el valle del Ruhr continuó.


En mis manos está ahora el poder dar la vuelta a la historia de este maldito puente.


miércoles, 14 de septiembre de 2011

Estuvimos en: Pastrana, Villa Ducal


En un domingo de la primavera pasada nos acercamos a visitar Pastrana y conocer un poco de su historia y monumentos que guarda esta Villa:

Pastrana fue fundada en el siglo XIII bajo la dominación de la Orden Religiosa Militar de Calatrava, probablemente como una aldea de repoblación tras la expulsión definitiva de los Árabes.

En 1369, se le concede el título de Villa. En este mismo período, se construye su muralla y su iglesia primitiva.

El Rey Carlos I consigue de los Papas Clemente VII y Paulo III, las bulas necesarias para enajenar bienes de las Ordenes Religiosas Militares y por tanto, en el año 1541 vende la Villa de Pastrana a Doña Ana de la Cerda, condesa de Mélito y viuda de Don Diego Hurtado de Mendoza. Es esta la que comienza la construcción del conocido Palacio Ducal. Muerta Doña Ana, pasa el señorío a sus hijos D. Gaspar Gastón y D. Baltasar Gastón, los cuales venden estas propiedades en 1569 a los Príncipes de Éboli, Ruy Gómez de Silva, consejero, valido y amigo personal de Felipe II y la célebre Doña Ana de Mendoza y de la Cerda. Posteriormente estos obtienen del Rey el título de Duques de Pastrana.

Con los primeros Duques, llega para Pastrana su época de gran esplendor, ya que éstos realizan grandes obras en la Villa. En 1569, mandan llamar a Santa Teresa de Jesús con el fin de fundar un convento de Carmelitas Descalzas, creando el de San José para mujeres y el de San Pedro (hoy del Carmen) para hombres. En 1570, traen un numeroso grupo de moriscos expulsados de las Alpujarras de Granada para trabajar la seda y levantar una de las fábricas de tapicería más prestigiosas de España durante los Siglos XVI y XVII. Más tarde, los Duques completan su obra ascendiendo la iglesia parroquial a Colegiata, dotándola de un Cabildo de 48 Canónigos, que superaba en número a todas las Catedrales de España, excepto a la Catedral de Toledo.


Muerto Ruy Gómez, en 1573, la Princesa de Éboli ingresa en el Convento de San José, incumpliendo reiteradamente la regla Carmelitana. Poco después, Felipe II le ordena que abandone el convento para ocuparse de su patrimonio y de su familia. En 1576, regresa a Madrid, como una de las damas más acaudaladas y respetadas de la Corte. Allí inicia una vida inquieta, y por sus intrigas en la Corte con Antonio Pérez, Secretario de Felipe II, es detenida en 1579. Es encerrada en la torre de Pinto y a los pocos meses se la traslada al castillo de Santorcaz, donde se reunirá con sus hijos. Finalmente es traída a su propio palacio en Pastrana, de donde no saldría hasta su muerte en 1592. Sus restos se conservan actualmente en la Cripta de la Iglesia-Colegiata de esta Villa Ducal.

Más tarde se suceden los Duques y, al trasladar éstos su residencia a Madrid, en el siglo XVIII, Pastrana inicia su vida rural.

Hoy en día, la ilustre Villa sigue conservando gran parte de su trazado medieval y la riqueza artística que atesoró durante el siglo de Oro.

Los monumentos que pudimos visitar fueron los siguientes:

Palacio Ducal (solo exterior por encontrarse cerrado por festividad); fue proyectado por el conocido arquitecto Alonso de Covarrubias. El Edificio tiene un trazado renacentista español. La fachada, sin apenas ornamentación, es de piedra sillar y resalta la sobriedad de la portada de la puerta principal.
En su interior se conservan unos excelentes artesonados también diseñados por Alonso de Covarrubias, de estilo plateresco. En su famosa torre estuvo retenida y prisionera la princesa de Éboli entre 1581 y 1592, por orden del rey Felipe II. Hoy es la sede del Observatorio de la Sostenibilidad de España.

Plaza de la Hora; se trata de la gran plaza de armas que se encuentra delante del Palacio Ducal. Antiguamente se utilizaba para hacer paradas militares y recibimientos principescos. Su nombre proviene en la época del encarcelamiento de la princesa de Éboli, ya que, durante su encierro el único contacto que tenía con el exterior era poder salir a la reja del torreón durante una hora al día.


Iglesia Colegiata; realizamos una visita guiada. La señora que hacía de guía (no nos acordamos de su nombre) era una lugareña nacida y criada en Pastrana, viuda del antiguo conserje de la Colegiata y con amplios conocimientos sobre la Historia del lugar y la Princesa de Éboli. Tenia un fuerte carácter y un punto de humor negro, que nos hizo muy amena la visita.  La iglesia fue levantada originariamente en el siglo XIV como Iglesia Parroquial de la Villa Calatrava. Recibió añadidos y detalles, como la portada norte que fue construida en estilo gótico de finales del siglo XV, y finalmente la gran ampliación de las naves y el crucero en la primera mital del siglo XVII, promovida por el arzobispo Fray Pedro González de Mendoza, hijo de los primeros duques de Pastrana. Su interior alberga un magnífico Museo Parroquial, destacando varias vestimentas de carácter litúrgico, así como la estupenda colección de tapices góticos de Alfonso V de Portugal, en los cuales están grabadas varias escenas de las conquistas en las plazas del norte de África por las tropas del monarca. Fueron realizados entre 1475-1480.



Personajes más importantes en la Historia de Pastrana:

Ana de la Cerda y Castro; Abuela de la princesa de Éboli. Fue la primera señora de la Villa de Pastrana, tras su adquisición en 1541 al emperador Carlos I y la que ordenó la construcción del Palacio Ducal.

Diego de Mendoza; esposo de Ana de la Cerda y Castro, por tanto abuelo de la princesa de Éboli. Era hijo del Gran Cardenal Mendoza. Fue hombre de confianza de Carlos I y nombrado Conde de Mélito (Nápoles) y Virrey de Valencia.

Ana de Mendoza y de la Cerda, Princesa de Éboli; hija de D. Diego Hurtado de Mendoza (Príncipe de Mélito y Duque de Francavilla en Nápoles, y Virrey de Cataluña) y de Dª Catalina de Silva. Nació en Cifuentes en 1540 y siendo todavía niña fue prometida a Ruy Gómez de Silva (secretario de Estado del rey Felipe II) que era 24 años mayor que ella. Fruto de este matrimonio nacieron 10 hijos, de los cuales sobrevivieron 6. Tras la muerte de su marido ingresó un tiempo en el Convento carmelita de San José, fundado por Santa Teresa de Jesús. Tras la vuelta a la corte, fue acusada de conspiración por Felipe II y encarcelada en Pinto, Santorcaz y finalmente en su propio Palacio de Pastrana, donde tras once años de cautiverio, falleció en 1592. Sus restos descansan en la cripta de la Colegiata de Pastrana.



Fray Pedro González de Mendoza; fue el hijo menor varón de los Príncipes de Éboli y nacido en 1569. Tomó el hábito franciscano en el convento de La Salceda, llegando a ser Provincial de Castilla y Vicario General de la Orden Franciscana. Gracias a su talento ocupó también los cargos de Arzobispo de Granada y Zaragoza, Obispo electo de Osma y de Sigüenza. Pastrana le debe gran parte de su patrimonio, pues fue quien llevó a cabo la ampliación de la Colegiata, edificando la Capilla Mayor, el retablo, catafalco y gran parte de los objetos y bienes expuestos hoy en día en su museo parroquial. Murió en 1639 y fue enterrado en el altar mayor de la Colegiata donde sus restos permanecieron mas de 200 años hasta que se trasladaron a la cripta del panteón familiar.

Rodrigo Díaz de Vivar de Silva y Mendoza; Nació en 1614, siendo bisnieto de los Príncipes de Éboli y Cuarto Duque de Pastrana. Se casó en 1630 con Catalina Gómez de Mendoza, Octava Duquesa del Infantado, con lo cual se unieron ambos títulos. Fue un hombre crucial para Pastrana al haber sido quien realizó en 1667 a través de su testamento la donación a la Colegiata de los famosos tapices portugueses de Alfonso V, que constituyen una de las mejores colecciones del mundo de tapices góticos flamencos del s.XV. Murió en 1676 y sus restos se encuentran enterrados en la Cripta de la Colegiata de Pastrana.