En esta ocasión, el alto mando alemán me ha encargado la difícil misión de frenar el avance aliado hacia Berlín. Pero antes de ponerme manos a la obra, leamos alguna pincelada histórica de lo que allí ocurrió en 1.945.
Operación Lumberjack.
La Operación Lumberjack fue planificada para capturar el valle del Mosela y las ciudades de Bonn y Coblenza. Pero el objetivo final era cruzar el río Rhin. En febrero los alemanes inundaron el río Roer volando la represa Schwammanuel. El 7 de marzo de 1945 fue capturada Colonia, pero en su repliegue al cruzar el río Rhin los alemanes volaron el Puente Hohenzollern. Los estadounidenses tenían que ver la forma de cruzar el Rhin y eso era asunto de primera prioridad para continuar la ofensiva.
Los puentes sobre el Rhin fueron bombardeados por los Aliados desde el 4 de septiembre y el Puente Ludendorff fue erróneamente reportado como destruido. Fue reparado y el servicio se reanudó el 9 de noviembre de 1944, como pudo ser verificado por los vuelos de reconocimiento. En diciembre de 1944 nuevamente fue bombardeado recibiendo daños leves. También fue reparado y restablecido el servicio.
Nuevos ataques aéreos en enero y febrero de 1945 lo dañaron pero nuevamente fue reparado. En realidad más sufría la población de Ertel que el propio puente con los bombardeos que no eran nada precisos y tenían que lidiar con la artillería antiaérea. En marzo de 1945 el puente fue cubierto con planchas para protegerlo de los disparos. Como medida de precaución se prepararon cargas de demolición para destruir el puente cuando el enemigo se encontrara a 8 kilómetros de distancia.
El General Patton estaba ya pensando cómo cruzar el Rhin sin contar con puentes
y su Estado Mayor trabajaba febrilmente tratando de encontrar la mejor solución.
Nadie esperaba que hubiera otra alternativa que cruzar con botes, formar una
cabeza de puente y construir un puente de pontones.
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Pese a que prohibiera abandonar la línea Sigfrido, como sus generales le recomendaron ante la imposibilidad de defenderla, Hitler confiaba mucho más en el Rhin como una gran trinchera difícil de pasar. Se tomaron cuidadosas medidas para que, tras la retirada de las tropas alemanas, fuesen volados todos los puentes sobre el gran río. Sin embargo, las órdenes de Hitler, excesivamente minuciosas para que pudieran cumplirse siempre en medio de confusas batallas, determinaron que un pequeño grupo de combate, mandado por el capitán Karl Timmermann, llegase al puente de Ludendorff, en Remagen, y lograse cruzarlo el 7 de marzo ante los infructuosos intentos alemanes por demolerlo.
La orden de Hitler era terminante: bajo ningún concepto las tropas alemanas podían abandonar la ribera occidental del Rhin, y menos los puentes, en especial el Ludendorff sobre el Rhin, que estaba en funcionamiento. El 7 de marzo de 1945, a las 11 h, el comandante Hans Scheller tomaba el mando de las formaciones que defendían la localidad de Remagen y el estratégico puente. La unidad de transmisiones que le acompañaba se había tenido que detener por falta de combustible y eso era un problema pues dependía de la radio para recibir los informes sobre la ubicación de las fuerzas enemigas. Sin embargo, ya el puente ferroviario había quedado asegurado por efectivos antiaéreos. En Remagen, una débil compañía de zapadores había dispuesto todo lo necesario para la voladura del puente cuando fuera necesario. Hacia el mediodía, cuando lo cruzaban soldados y vehículos alemanes, apareció de repente en la orilla occidental del Rhin una patrulla de reconocimiento estadounidense.
Estaba al mando de un tal teniente Karl H. Timmerman, de origen alemán. El padre de Timmerman era estadounidense y se quedó en Alemania después de la Primera Guerra Mundial, donde conoció a la que sería madre de Karl. Luego de unos años de vivir en Alemania la pareja se mudó a EEUU.
A las 15,30 de ese mismo día, Timmerman guiaba a toda velocidad la unidad de avanzada del 899 Batallón Destructor de tanques de la 9 División Blindada, hasta que divisó el puente. Tardíamente alertado el comandante Scheller, ordenó que fuese volado inmediatamente, pero falló el mecanismo de detonación. La respuesta de fuego de los carros que llegaron detrás de Timmerman impidió a los alemanes reparar el sistema detonador. Tras los carros, avanzaban numerosos infantes estadounidenses en dirección a la orilla oriental del Rhin. Era el único puente intacto para cruzar el Rhin, pues todos los demás habían sido volados a tiempo.
La batalla duró toda la noche con los alemanes tratando de volar el puente, pero al día siguiente la Compañía C logró cruzarlo. Todos los intentos alemanes fueron inútiles y al amanecer apareció un Stuka que falló en el intento de lanzar una bomba y fue derribado, siguiendo otros dos intentos similares con blancos parciales. Durante la tarde del día 8 las tropas estadounidenses cruzaron el río.
El día 9 fue enviado un avión jet Arado 234 sin mejores resultados, pese a la
impresión que causó en las tropas estadounidenses que nunca había visto volar un
avión sin hélices, incluso los alemanes hicieron el intento de usar una bomba
voladora V-2, cuyo uso táctico estaba fuera de discusión por el deficiente y
primitivo sistema de dirección de esa bomba. La artillería alemana lanzaba todo
lo que tenía a mano.
El capitán Willi Bratge y su compañía fueron capturados,
mientras el comandante del puesto y el jefe de la compañía de zapadores junto al
comandante Scheller lograron escapar de ser capturados y pudieron comunicar que
los estadounidenses estaban cruzando por el puente de Remagen. Luego de la
escapatoria, ocho divisiones estadounidenses cruzaron el puente.
Este hecho fue
la causa del inmediato desmoronamiento de las defensas alemanas en el Oeste.
Hitler despidió al Mariscal de Campo Gerd von Rundstedt y otros cuatro
generales. El General von Bothmer, comandante de Bonn y Remagen fue sentenciado
a cinco años de prisión y se suicidó, pero eso no calmó la ira de Hitler, quien
ordenó que el General Rudolf Hubner instalara una corte marcial para juzgar a
los culpables.
El 11 de marzo el comandante Scheller compareció ante un tribunal militar
acusados de desobedecer la orden de no cruzar el río y abandonar el puente y fue
condenado a muerte junto al teniente Karl Heinz Peters. El capturado, capitán
Willi Bratge fue sentenciado en ausencia. Un día después fueron sentenciados los
mayores Herbert Strobel comandante de puesto y August Kraft jefe de la compañía
de zapadores.
El 17 de marzo el puente colapsó debido al continuo bombardeo, pero ya habían
cruzado 8000 soldados estadounidenses y las fuerzas estadounidenses tenían
controlado un sector de 13 Km. de río y 25 Km. tierra adentro. En los siguientes
días construyeron 62 puentes y la ofensiva hacia el valle del Ruhr continuó.
En mis manos está ahora el poder dar la vuelta a la historia de este maldito puente.
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