sábado, 18 de julio de 2009
CM 5ª Div. Partida 1 | Batalla de Rocherath - Turnos 26 a Final
lunes, 13 de julio de 2009
Estuve en: Iglesia de Los Jerónimos (Madrid)
San Jerónimo «el Real», conocido popularmente como «Los Jerónimos», fue uno de los conventos más importantes de Madrid. Junto a él existía el llamado Cuarto Real, luego ampliado como Palacio del Buen Retiro en tiempos de Velázquez. Los Reyes Católicos lo utilizaron como aposento en sus frecuentes viajes a Madrid.
Del convento subsisten actualmente la iglesia y un claustro, a espaldas del Museo del Prado. El claustro sufrió un progresivo deterioro a lo largo del siglo XIX y tras un acuerdo con las autoridades eclesiásticas, fue recuperado e incorporado al Museo del Prado como parte de la ampliación diseñada por el arquitecto Rafael Moneo. Por su actual aspecto exterior, el claustro se conoce popularmente como «El cubo de Moneo».
Este monasterio San Jerónimo se realizó durante el siglo XV, en estilo gótico tardío con influencias renacentistas.
En el siglo XVI, Felipe II amplía el llamado Cuarto Real, que se encontraba al lado del Evangelio del Presbiterio, de tal suerte que el rey podía escuchar misa desde su dormitorio, costumbre que también es patente en el diseño y distribución del Monasterio de El Escorial.
Durante la invasión napoleónica de 1808 (Guerra de la Independencia), el monasterio y el Palacio del Buen Retiro quedaron gravemente dañados por el ejército invasor. Como consecuencia de esto y en afán de mantener lo que quedaba Fernando VII convierte el monasterio en cuartel de Artillería. Años después, don Francisco de Asís, consorte de Isabel II ordena a Narciso Pascual y Colomer la restauración de la iglesia, fruto de la cual son las torres de su cabecera, que flanquean el ábside. El complejo palaciego del Buen Retiro corrió peor suerte: sufrió tales daños que se demolió, a excepción del Casón del Buen Retiro y el Salón de Reinos.
Posteriormente, en 1878 se cede el templo al Arzobispado, que emprende nuevas reformas que lo dotarán de su aspecto actual, y en las que el interior será completamente remodelado eliminándose las tribunas del siglo XVI.
En San Jerónimo se celebró el enlace matrimonial entre Alfonso XIII y Victoria Eugenia, el 31 de mayo de 1906.
El 27 de noviembre de 1975 el Cardenal Tarancón presidió la Misa, votiva del Espíritu Santo, en el comienzo del reinado de S.M. Juan Carlos I.
La iglesia fue objeto de dos obras de restauración durante la segunda mitad del siglo XIX. En la primera, realizada por el arquitecto Narciso Pascual y Colomer entre 1848 y 1859, se añadieron algunos elementos nuevos como las torres. En la segunda, realizada a partir de 1879 por Enrique María Repullés y Vargas, se acometió una restauración definitiva del templo para su apertura como parroquia en septiembre de 1883.
La iglesia, declarada Monumento Nacional en 1925, está realizada en estilo gótico y es muy parecida a la de otros monasterios de la Orden, como el de Santa María del Parral en Segovia. Se levanta sobre una planta de cruz latina y está compuesta por una nave central, crucero y cinco capillas por cada lado de la nave cerradas por arcos ojivales. El exterior fue el más afectado por las reformas del siglo XIX. La portada fue realizada por Ponciano Ponzano en estilo neo-gótico y la escalinata, que da a la calle Alarcón, fue realizada en 1906 con motivo de la boda de Alfonso XIII para dar mayor monumentalidad al acceso del templo.
CM - 5ª Div. Partida 2 | Batalla de Bratuseni | Turnos del 6 al 28 - Final
Mi táctica de esperar pacientemente la embestida del rival ha sido acertada al 100%; en los primeros turnos del despliegue de tropas, capturé rápidamente todas las banderas próximas a mis tropas y tan sólo dejé indefensa una bandera de menor importancia en las cercanías de Bratuseni, porque consideré inoportuna su defensa ante el más que probable ataque que se produciría del rival por aquella zona y así fue, así que evité desgastar a mis tropas para capturar una bandera que se antojaba difícil de sostener.
Cabe destacar que mis carros rumanos han realizado muy bien su trabajo; la verdad que me han sorprendido por el buen nº de carros soviéticos que han dejado fuera de combate, así que los muchachos se han merecido un buen descanso.
domingo, 5 de julio de 2009
Estuve en: Monasterio de la Encarnación (Madrid)
El convento está constituido por los bienes donados por Felipe III y sus sucesores (incluye el edificio, los objetos artísticos y cotidianos y las partidas monetarias).
Este edificio gozó desde su fundación de los favores reales. A lo largo de toda su historia ha estado muy vinculado con la Corona: primero con la Casa de Austria y después con los Borbones. Ello propició la acumulación de obras artísticas muy destacadas. Es un auténtico museo del arte del siglo XVII que encierra pintura, escultura, vestuario litúrgico, relicarios...
La mayoría de las obras proceden de donaciones y fundaciones que realizaron miembros de la realeza y la nobleza y también de encargos de la comunidad.
En la actualidad sigue utilizándose para uso monástico, ocupándolo las monjas agustinas recoletas que viven en él en régimen de clausura estricta.
Dos fueron los arquitectos que intervinieron en la construcción de este Monasterio, Juan Gómez de Mora ( 1611-1616) y Ventura Rodríguez (1755-1767). De estilo barroco pero de gran sobriedad y de influencia herreriana, muy propio de la arquitectura española de la primera mitad del siglo XVII. Es muy visible en toda la arquitectura religiosa de esta época el reflejo de la humildad y sencillez predicada por Santa Teresa.
El edificio formaba parte de un amplio complejo. Se construyó unido al Alcázar con el que se comunicaba por un pasadizo extendido entre uno de los laterales de la fachada principal del convento y la Casa del Tesoro, contigua al Alcázar.
La primera piedra se puso el 16 de julio de 1611 y el edificio se inauguró solemnemente con numerosas fiestas y celebraciones el año 1616. En 1734, el incendio que destruyó el antiguo Alcázar de los Austrias cortó la comunicación con el convento.
Durante el gobierno de José Bonaparte se remodeló la plaza de Oriente y se derribó el pasadizo.
A partir del año 1844 se parceló la huerta del convento para construir edificios, lo que obligó a realizar una redistribución del espacio interior, que es como se conserva en la actualidad.
Se buscó un equilibrio entre la forma y la función, entre la belleza y el uso cotidiano del monasterio.
El complejo del convento forma un rectángulo en cuyo centro está la iglesia rodeada por el claustro, la huerta, el coro, el relicario y las casas de alrededor que miran hacia el convento.
La reina Margarita de Austria, esposa de Felipe III, fundó este monasterio impulsada por el fervor religioso que le inspiró la Madre Mariana de San José, a la que había conocido en Valladolid cuando la corte castellana se había trasladado a esa ciudad. La reina no pudo ver terminada la obra y fue el rey Felipe III quien llevó a cabo la fundación conforme a las directrices marcadas por la reina Margarita.
Creó una Fundación que estaría junto al Alcázar y que se dedicaría al culto del Santísimo Sacramento. La fundación se enmarcó dentro de las pautas que marcó el Concilio de Trento mediante la aprobación de bulas y breves otorgados por los Papas. El objetivo era establecer comunidades contemplativas que aseguraran sufragios perpetuos en beneficio de los reyes fundadores y de sus descendientes.
El monasterio también destaca por su sala de relicarios. Se trata de su sala más importante del monasterio, la cual encierra una valiosa colección de más de 700 piezas aportadas desde 1611 hasta nuestros días, entre los que destacan cofres de piedras y metales preciosos con varias reliquias de santos. Es muy popular el vaso que contiene la sangre de San Pantaleón, que se licúa de forma milagrosa todos los años el día 27 de julio.
También cabe destacar su sala de esculturas, con bellas imágenes del siglo XVII: Destacan la Dolorosa del escultor José de Mora, así como el Cristo atado a la columna y el Cristo yacente de Gregorio Fernández; éste fue el imaginero castellano más importante de su época. Sus encargos principales procedieron de carmelitas, franciscanos y jesuitas. Sus obras más relevantes se encuentran en Valladolid, Madrid, La Rioja y Plasencia.
Igual de importante es su salón de Reyes: en él se exponen las pinturas de personajes de la Casa de Austria vinculados con el convento o con otras Fundaciones reales.
La iglesia es el eje del monasterio y de todo el conjunto con las viviendas del sacristán y los capellanes a la derecha y el espacio de clausura extendido alrededor del patio, situado a la izquierda de la iglesia. El Coro de las monjas se situó al lado del presbiterio y el Relicario tras el altar mayor.
Con planta de cruz latina, es de una sola nave y con nártex bajo el coro que se comunica por el exterior a través de una sencilla portada de triple arcada.
Su interior ya no es de principios del siglo XVII y con el planteamiento de Gómez de Mora que dibujó retablos, perdidos, y grandes lienzos de Vicente Carducho. La forma era el típico ejemplo de iglesia de la Contrarreforma, con una larga y espaciosa nave, sin capillas, atravesada por otra transversal sobre cuyo cruce se yergue la cúpula. La iglesia ardió en el año 1755 y fue remodelada en estilo preneoclásico por Ventura Rodríguez en 1761, sobre la traza original de Gómez de Mora. La estructura actual de la iglesia se construyó entre los años 1761 y 1763. La remodeló Ventura Rodríguez y se sufragó con los 1000 doblones de oro que la reina Bárbara de Braganza cedió al convento en su testamento.
La nave de la iglesia está decorada con bellos frescos en la bóveda que representan temas de la vida de San Agustín, realizados por Luis y Antonio González Velázquez. Los frescos del presbiterio son de Francisco Bayeu.
Estuve en: Monasterio de las Descalzas Reales (Madrid)
El 15 de agosto de 1559 llega la primera comunidad de franciscanas, procedentes del Monasterio de Santa Clara de Gandía.
En 1564, Juan Bautista de Toledo, finaliza la construcción de la iglesia que queda consagrada el 8 de diciembre.
Doña Juana de Austria no puede ver terminado el convento, muere en 1573.
En 1582, la emperatriz María, hermana de Doña Juana, al enviudar de Maximiliano II, abandona Praga y se instala en el Cuarto Real del monasterio. Aquí vive hasta su muerte en 1603.
En 1632 llega al monasterio el último envío de tapices de la serie "El triunfo de la Eucaristía", regalo al convento de Doña Isabel Clara Eugenia, hija de Felipe II y gobernadora de los Países Bajos.
En 1684 se termina la decoración de la escalera principal. Las pinturas murales muestran temas religiosos, entre los que destacan los arcángeles, ante la presencia de la familia del rey, patrón del monasterio.
En 1773, Francisco Sabatini cierra el patio central del palacio usado como claustro del convento. Este cambio se realizó para salvaguardar tanto la salud de las religiosas como la arquitectura del patio. Las columnas y arcos quedaron ocultos tras puertas, ventanas y arcos rebajados de ladrillo.
En 1862 un devastador incendio destruye casi por completo la iglesia. Desaparecen el retablo mayor original de Gaspar Becerra (1565) y las reformas de Diego Villanueva (1756).
En 1960, Patrimonio Nacional, de acuerdo con la comunidad de religiosas, decide abrir al público las principales estancias del monasterio. La apertura tuvo lugar el 1 de Diciembre.
El claustro de este monasterio es famoso por las procesiones que tienen lugar en él durante la Semana Santa, sobre todo la de Viernes Santo en que sale la del Santo Entierro de gran nivel artístico, con música antigua del tiempo de la fundación del monasterio. En este evento procesiona un cristo yacente de Gaspar Becerra que es llevado a varas (sin urna).
El convento posee una colección de escultura del Niño Jesús compuesta por más de un centenar de imágenes. Una explicación para tan amplia colección es que era común que las monjas trajeran un Niño Jesús al ingresar en el convento.
También el convento posee una importante colección de belenes. Carlos III importó esta tradición de los nacimientos desde Nápoles. La costumbre se popularizó en España a partir del siglo XVIII.
El Monasterio conserva una excelente colección de cuadros, los más valiosos se exponen en dos salas, divididos según su procedencia: salón de pintura flamenca y salón de pintura española e italiana.
La mayoría de estas obras proceden de donaciones. La más importante fue la realizada por la fundadora, doña Juana de Austria. Posteriormente, otros miembros de la familia real continuaron enriqueciendo el patrimonio del edificio. Entre los más destacados se pueden citar:
- La nave de la Iglesia, siglo XVI. Su anónimo autor debió pertenecer al círculo de El Bosco.
- La Virgen del papagayo, siglo, siglo XVI. Atribuido a Adrián Isenbrant, procede de la colección de la infanta doña Juana. Siguiendo con su propio deseo, debía ser colocado en su sepulcro.
- Los arcángeles Miguel y Gabriel presentan al Niño Jesús, siglo XVII. Pertenece a Lucas Jordán, protegido de Felipe V. Trabajó para la corte decorando El Escorial, el Alcázar, el Palacio del Buen Retiro y en las mismas Descalzas.
- Adoración de los Magos, siglo XVI, perteneciente a Eugenio Horozco.
- La moneda del tributo al César, siglo XVI. Óleo sobre tabla firmado por Tiziano en el borde del cuello de la túnica del fariseo.
Durante la Guerra Civil Española el monasterio fue privado de su comunidad. No obstante fue cuidado y protegido, poniendo sus obras de arte a buen recaudo. Cayeron sobre él algunas bombas que produjeron desperfectos sobre todo en la bóveda de la escalera y en el coro que fue destruido. Se realizó la restauración durante esos mismos años de la guerra en que, entre otras cosas, cambiaron la teja deteriorada del tejado por una nueva de pizarra. Acabada la guerra, volvieron las monjas.
Sin lugar a dudas, un Monasterio que merece la pena visitar con tranquilidad y aconsejable con visita guiada.